Las ONG desarrollan un papel esencial para informar y sensibilizar a la sociedad sobre problemas que afectan al mundo global: la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la guerra, las crisis humanitarias, los desplazamientos de la población o el cambio climático.
Estas entidades de iniciativa social son independientes de la administración pública y no tienen ánimo de lucro. En la Iglesia Católica, y concretamente en España, tenemos a Manos Unidas*, la ONG de voluntarios que fomenta el desarrollo en los países empobrecidos y sensibiliza a la sociedad para que contribuya con sus aportes a ayudar a resolver los problemas que acarrea la desigualdad.
En 1955, la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) hizo público un manifiesto en el que, como respuesta a un llamamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), anunciaba su compromiso en la lucha contra el hambre en el mundo.
Es así como en 1959 las mujeres de Acción Católica de España tomaron el testigo y lanzaron la primera Campaña contra el Hambre, a partir de la cual se fue configurando la actual Manos Unidas. Hoy por hoy MU además de lucha contra el hambre y la miseria y la falta de educación en los países más vulnerables del mundo, lucha contra las causas de estos problemas como pueden ser la injusticia, el mal reparto de bienes, la desigualdad, las pocas oportunidades, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.
El fundamento de Manos Unidas es el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, según los cuales cada persona de este mundo, en virtud de su dignidad, está llamada a ser agente de su propio desarrollo moral, espiritual y material.
Para desarrollar sus objetivos, Manos Unidas camina sobre dos principios fundamentales:
- Información y divulgación aquí en nuestra sociedad y comunidades de las causas del hambre y las desigualdades entre los hombres.
- Con proyectos de desarrollo integral en los países empobrecidos.
La campaña que lanza Manos Unidas este año tiene como lema: “Frenar la desigualdad está en tus manos. Únete”. Porque pobreza y desigualdad, van de la mano, una de la otra y son las dos caras de la misma falsa moneda.
*El 87,1 % de los fondos de Manos Unidas provienen de fuentes privadas, de los cuales, un 40,2 % son aportes de los socios, y un 12,9 % del sector público.